Desde una perspectiva musical, Amelia muestra un mayor desarrollo en la exploración armónica, lo cual se ve reflejado en las diversas tonalidades que utiliza en cada sección. De igual forma su melodía, de carácter cantabile, presenta mayor complejidad en cuanto al uso de cromatismos, cuestión que aún no era tan predominante la obra que la antecede, Recuerdos de Concepción (ca.1899). Al igual que esta última, este vals se basa en una melodía con acompañamiento, con mayor trabajo en la densidad de notas de la mano izquierda y también mayor detalle en la agógica y dinámicas.
La casa editorial bajo la cual se publicó fue E.F Bogani, u Offina Graffica Musicale E.F Bogani[1], con domicilio en Milán, Italia. Cabe destacar que sólo dos de las piezas del Archivo FES fueron editadas bajo esta editorial: Recuerdos de Concepción (ca. 1899) y Amelia .
Los documentos de prensa con que cuenta el Arch. FES sirven para identificar la fecha exacta y motivo de su composición, así como también información relevante sobre su proceso de creación, difusión e interpretación dentro de la escena musical pequista (Concepción):
“De Petris[2] acaba de tocar el vals “Amelia” dedicado a la hermana homónima, última composición de Enrique Soro, publicada en Milán bajo el pseudónimo de Penquisto con el objeto de no desafiar el enojo del director del Conservatorio que es un Caton severo i temible, á ofrecido en homenaje a Himeneo en cuyas aras, en el hogar paterno, arde la antorcha presaga de la felicidad de Amelia.”[3]
Además de nombrar al director y pianista italiano Fabio de Petris (1845-1927), en ese tiempo radicado en la ciudad de Concepción, la información de prensa contenida en este recorte explica el por qué utiliza Enrique Soro el pseudónimo “Penquisto”. En base a lo explicado por el periodista, Enrique Soro temió llamar la atención del director del conservatorio de Milán por una razón que se explica más adelante:
“Tiene el vals de Enrique Soro, a pesar de haber sido escrito en pocas horas, orijinalidad, brio, frases melódicas capaces de enloquecer a los amantes del Boston, i un extravío que haria piruetar a un paralítico. Han llegado pocos ejemplares a Concepción i creo que se han agotado.”
Las palabras del periodista deben interpretarse desde la óptica de la época. Recordemos que el vals es un género popular durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, más aún su variante Vals Boston, el que vendría a ser el género “de moda” en los salones. Esto es importante puesto que define la calidad estética de una pieza musical bajo el lente de la crítica musical, existiendo así una diferencia entre aquellas obras de corte popular -masivo- y aquellas géneros consolidados dentro un circulo académico (ej. Sonata, o bien el caso de la Romanza Sin palabras de Soro (ca. 1899) )
Un género masivo pegajoso, que hace bailar incluso a “un paralítico”, podría haber sido un problema para el joven Soro, entendiendo que sería mal visto por el mundo académico que uno de sus estudiantes se dedicara a la composición de una tendencia musical, que él se estaba formando en el conservatorio para profesionalizar su oficio y distinguirse de aquellos compositores que componían según las tendencias de época y no lograban destacarse entre un gran número de artistas
[1] Musica e musicisti rivista illustrata bimestrale. Año 60, vol 1. Nº1 Ricordi, Italia. Pp.212
[2] Mayor información sobre este compositor en: http://www.italianosenchile.cl/personalidades-stgo/petris.html . Consultado por última vez el día 02 de enero del 2020.
[3] Anónimo (s/f) Libro I de recortes de prensa, Arch. FES. Pp. 17.